domingo, 26 de diciembre de 2010

Por terquedad

"Después de una larga noche de insomnio, se levantó de la cama, se lavó la cara, se recogió el cabello y salió a caminar.
Se sentó secamente en un banquito de la plaza principal.
Con la mirada perdida y las manos frías y amarillentas dió las últimas pitadas al primer cigarrillo de la mañana. No era un hábito llenarse de humo, pero hoy era una compañía, un intento de alejar algunos pensamientos de su cabeza.
Lloviznaba de esa forma que moja hasta las entrañas; corría una brisa aliviadora que de a ratos enloquecía sus cabellos.
Suspiraba una y otra vez. No lograba deshacerse de aquellas ideas que conseguían atemorizarla.

Miraba las hojas de los árboles moverse intranquilas, y caprichosas desprenderse de las ramas. Las aves picoteaban el barro con el que harían sus nidos y los autos marcaban el asfalto con el mismo recorrido de siempre.
Algunos pocos entes, jinetes de sus pies, pasaban frente a ella sin notarla. Poco importaba. Sólo quería dejar de pensar.
La cuidad la aplastaba. El cielo no se diferenciaba de la pintura de la escuela y ésta de la de la calle. Era todo una masa amorfa gris, sucia y añeja.
Los faroles estaban todavía prendidos, pero ya casi no alumbraban; estarían cansados del maltrato de la noche.

Prendió otro cigarrillo y mirandose las manos vacías, se preguntó:
- Qué hice?! Por qué lo hice?! Por qué no me callé?!
   Por qué soy tan estúpida para dejarme ver así?!
   Debí atragantarme con mis pequeñeces. Pero no! Tuve que escupir todo, tuve que gritarlo!
   Y para qué?!
   Para terminar con un hueco más en el pecho...

Ahora podía creer, podía sentir la sensación de náusea que había tratado de comprender mientras leía la novela. Era suya, la tenía dentro golpéandola, la estrujaba, la estrangulaba. Revivía ese momento absurdo una y otra vez...No! Ya no lo vivía, lo experimentaba! Era toda entera sólo algo pasivo, todo caía sobre ella sin que pudiera correrse, moverse,  tontamente inquietarse. No pestaneaba, no respiraba.

- No, no, no! No me arrepiento! - se dijo con altivez - Yo fui quien soy. Sólo necesito vomitar esta sensación y todo pasará...

Es díficil aceptarse cuando se llega a límites. Hay quien dice que de todo se aprende, por eso hay que intentar. Yo digo que simplemente se actúa, sólo por actuar, por no querer ver pasar...o sencillamente por terquedad.

- Me tomará tiempo no voltear la cabeza. Cuando me sienta tentada por los recuerdos o ahogada por la soledad me agarraré de sus palabras: "hay que aceptarlo"...

Dejó caer su rostro entre sus manos. No entendía. Inocentemente no entendía.
Pero hay que aceptarlo. Siempre hay muchas cosas que aceptar.

Prendió el tercer cigarrillo de la mañana y perdiéndose nuevamente en la cotideaneidad, abandonó estos pensamientos. Se despegó del banco y fusionándose con el día, desapareció entre las calles de la ciudad.

Hija de Ares

  " Veme aqui Mujer de entrañas salvajes,
    
    amante de la luna solitaria,
     
    señora de aguas tempestuosas,
    
    hembra de raíces y barro.

    
    No intentes tú desbravarme, aquitarme, domesticarme.

    
    Soy yo quien arbritria mi juego."